Siempre ha sido frecuente (pero más aún hoy con las nuevas tecnologías digitales al alcance de todos) que el rol del Diseñador Gráfico sea subestimado por los clientes en general, esto hablando del público no especializado en el tema de diseño y gráfica. La creencia de que un diseñador es "un simple dibujante que sabe usar la pc" ha hecho que históricamente se desvalore el trabajo de un profesional, limitando su rol a volcar en un papel lo que el cliente quiere expresar de una marca.
Ahora bien, muchos profesionales optan a veces por hacer "lo que el cliente solicita" por una cuestión económica, pero es bien cierto que un buen profesional debe imponer sus condiciones como tal. Para esto no es necesario resignar dinero ni el buen trato con el cliente, sino simplemente hablar y explicarle al mismo que el proceso de diseño involucra mucho más que la gráfica o plasmar una idea en un papel.
Entender el rol del diseño como comunicación visual y hacer prevalecer los criterios estéticos propios, es lo que diferencia a un diseñador de un simple operador de PC que hizo un curso de Corel Draw o Illustrator. Y hacer entender al cliente este criterio no supone una discusión inncesaria, tan sólo un intercambio de palabras y de ideas (por qué no) que redundará no sólo en una mejor comunicación entre las partes, sino en una gráfica apropiada a las necesidades y requerimientos del cliente. Y por ende, un mejor resultado para todos.
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